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“Pocos grupos invierten parte de su presupuesto en contratar a un fotógrafo o a un videógrafo”

Gaizka Peñafiel Dañobeitia, artista audiovisual profesional

Bravo Escudero Neco

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Música y fotografía. Lo sonoro y lo visual. ¿Cómo te adentraste en el mundo de la fotografía y por qué decidiste enfocarte más concretamente en el ámbito musical?

Es un mundo que me ha apasionado mucho desde pequeño, aunque siempre me lo tomé como una afición. En 2003 compré mi primera cámara digital, por lo que se podría decir que eso fue la primera piedra del camino. En 2013 empecé a tomármelo más enserio, adquirí un equipo decente y me di cuenta de que no quería hacer fotos de cualquier cosa. Lo que más me llenaba era la música, por lo que acabé ahí de forma natural.

 

 

¿Cómo ha ido evolucionando el papel del fotógrafo/artista audiovisual en el sector musical con el paso de los años? ¿Consideras que actualmente desempeña un rol esencial?

Cuando comencé en 2013, las redes sociales estaban empezando a coger más fuerza y para mí, el desarrollo ha sido fascinante, ya que lo he ido viviendo a la par. Creo que eso también nos ha exigido más a los artistas audiovisuales, puesto que la mayoría de bandas y músicos quieren el material para mañana. Al día siguiente todavía está caliente el concierto del día anterior y es verdad que si se subiera dos semanas después, ese material perdería frescura y difusión. A día de hoy considero que el papel del artista audiovisual es esencial, ya que cada banda y cada músico debe alimentar sus redes sociales y a pesar de ello, creo que pocos grupos invierten parte de su presupuesto en contratar a un fotógrafo o a un videógrafo. Todavía hay bandas que no ven o no son conscientes de la importancia que ello tiene.

 

 

Se suele decir que una imagen vale más que mil palabras y que los recuerdos son oro puro. Sin embargo, ¿crees que el público actual, y más concretamente las nuevas generaciones, están más pendientes de inmortalizar el momento para mostrarlo en redes sociales posteriormente que el hecho de disfrutar de la propia experiencia del concierto en sí?

Yo entiendo las dos posturas. Aunque es un tema complejo, lo que sí tengo claro es que el uso del móvil tiene que ser algo puntual. Creo también que si en todos los conciertos hubiera personas que se encargaran de la foto y del vídeo, en gran medida se acabaría este problema, porque la gente que busca rememorar ese día o ese momento, tendría material disponible para poder verlo y disfrutarlo. El tema de las redes sociales, del postureo, del tener que compartir todo y del tener que enseñar una vida perfecta que no tenemos es algo que no solo existe en los conciertos, sino que está mucho más arraigado en la sociedad en general. Queda mucha pedagogía por hacer todavía para hacer un uso responsable de las redes sociales.

 

 

"La temática social es el reflejo de décadas de represión que ha habido en nuestra tierra"

 

 

El rock/punk de Euskal Herria siempre ha tenido su propia esencia por así llamarlo, un sentimiento muy propio y con unos valores muy arraigados. Sin embargo, ¿consideras que poco a poco  se está dando a conocer en otros lugares más allá del territorio vasco? ¿Podría decirse que de algún modo el género se está “globalizando”?

La temática aquí es diferente a la de otros lugares donde no ha habido un conflicto político. La temática social está muy presente en casi todos los grupos y es el reflejo de décadas de represión que ha habido en nuestra tierra. A pesar de ello, si nos ponemos a revisar la lista de grupos que han salido de Euskal Herria, creo que la lista es muy amplia y ya hay casos de grandes referentes e hitos conseguidos, como los que han cosechado Berri Txarrak por ejemplo. Muchas bandas han conseguido romper techos y ciertas puertas a base de mucho curro e insistir, incluso por encima de las sistemáticas censuras en determinadas partes del Estado, como las que les ha tocado vivir a Berri Txarrak, Fermín Muguruza o Su Ta Gar, por ejemplo.

 

 

Muchas de las actuaciones de Berri Txarrak, Gatibu o Esne Beltza, entre muchos otros artistas, han sido inmortalizadas por ti. ¿Cómo es trabajar con grupos de este calibre?

Trabajar con grupos de este tamaño es un verdadero gustazo, son bandas muy profesionales y eso se nota. Pero al igual que disfruto con bandas de este calibre, también disfruto con otras que no tienen tanto renombre. Si la propuesta es seria y sincera, al final la repercusión del grupo es algo secundario. Sí que es verdad que cuando se trabaja con grupos potentes, el trabajo realizado recibe más repercusión, pero no creo que esa sea la prioridad de un fotógrafo o un videógrafo. No hay que pensar en cuánta repercusión va a tener nuestro trabajo, sino más en bien sacar un material con el que quedemos satisfechos tanto nosotros como el artista que ha confiado en nosotros. Esa es la forma de que esa colaboración siga adelante y haya más conciertos en el futuro.

               

                                 

 

"Tiene que haber un equilibrio entre ser profesional y tener un trato agradable"

 

 

¿Guardas alguna relación especial con algún grupo o artista con el que hayas trabajado?

Guardo muy buena relación con la mayoría de gente con la que he trabajado. Por ejemplo, con Esne Beltza llevo desde hace muchísimos años, formo parte de la dinámica del grupo y hemos viajado juntos a muchos lugares, incluido el Fuji Rock de Japón. Eso hace que los vínculos sean más estrechos y que más que una relación profesional, pase a ser una relación personal. Otro ejemplo más podría ser Huntza, les conozco desde que empezaron y el año pasado me llevaron con ellos a Escocia. Al final para mí el buen rollo es fundamental y cuando no lo encuentro, no repito con esa banda. Creo que tiene que haber un equilibrio entre ambas cosas: ser profesional y tener un trato agradable. En esto vamos a disfrutar todos, tanto nosotros que vamos a hacer fotografías o vídeos, como los que están tocando o la gente que está currando alrededor de la banda. Hay que ser respetuoso con el trabajo de los demás, al igual que queremos que sean respetuosos con el nuestro.

 

 

Muchos conocemos cómo se viven los conciertos desde dentro del público, pero ¿cómo es vivirlos desde dentro del escenario?

Es un proceso bastante ritual. A mí me gusta ir a las pruebas de sonido, suelo cenar con el grupo y me gusta vivir esos momentos previos. Normalmente, antes del concierto reviso el escenario, en qué zonas podré estar y en cuáles no, qué zonas delicadas o de cableado hay, etc… Luego saco una foto del set-list y me la pongo de fondo de pantalla, es un pequeño truco que tengo yo para tenerlo a mano durante el concierto, ya que durante los conciertos hay momentos especiales. Puede haber un momento en el que entra un colaborador, se echa confeti o hay algún cambio y es de vital importancia que no te pille fuera de lugar. Es muy importante moverse, buscar diferentes puntos de vista y con el set-list es todo más sencillo, ya que sabes cuándo llega una canción u otra y puedes ir gestionándolo.

 

El libro Trikitixa Liburua III del artista guipuzcoano Xabi Solano cuenta con más de 60 fotografías tomadas por ti. ¿Cómo surgió la idea de plasmar en papel tu trabajo y colaborar con Xabi? ¿Qué supuso para ti?

Xabi decidió hace unos años hacer una trilogía de libros que recogiera sus canciones y sus partituras, ya que la gente se lo pedía cada vez más. Durante los tres libros, hemos ido introduciendo distintas fotos de los diferentes años previos a esos libros. Tenemos desde fotos realizadas hace 7 años hasta las que han entrado en último momento, que son de septiembre de este mismo año. Para mí es un honor, porque sigo a Xabi desde que yo era un chaval, mucho antes de conocerle en persona. Él era uno de mis referentes cuando yo estaba aprendiendo a tocar la trikitixa y que la vida te haga coincidir, poder trabajar juntos y que él valore tu trabajo es algo que te enriquece mucho. Siempre digo que cuando algún artista o banda utiliza mis fotos es una forma de trascender un poco y cuando tu trabajo se valora, es una buena señal para seguir por ese camino. Es vital seguir evolucionando, aprendiendo y no quedarte quieto pensando que ya lo sabes todo y lo tienes todo hecho. Estos proyectos son además un reto personal, una forma de autoilusionarte y picarte contigo mismo.

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Nacido en el año 1985 y natural de la villa bizkaitarra de Lezama, Gaizka Peñafiel ha tenido siempre a su lado a la más fiel de todas las compañeras posibles: la música. Tras comenzar en 2003 con la fotografía digital a nivel amateur y crear contenido audiovisual por mera afición, Gaizka decidió ir un paso más allá y profesionalizarlo pasados 10 años, en el 2013. Actualmente junta dos de sus pasiones y ha hecho tanto del vídeo como de la fotografía musical su modo de vida.

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Berri Txarrak - Wizink Madrid (10-11-2019

por Gaizka Peñafiel)

Esne Beltza - Intxaurrondo (28-12-2019 por

Gaizka Peñafiel)

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